05 octubre 2010

A la de una, a la de dos y...

Aún debo decidir el uso de mi blog. En un principio iba a ser sólo un escaparate en el que exponer mis diseños, pero después de mi primer entrada, y de la creación de mi página web, creo que lo voy a utilizar como vía de escape, lanzando mis pensamientos al aire para que los escuche quien los quiera escuchar.

Siempre me ha gustado escribir, aunque nunca me lo he tomado muy en serio. Solía garabatear las hojas de los cuadernos esperando que se formase una frase maravillosa, una poesía Becqueriana, una odisea griega, pero estas nunca llegaban. Me di cuenta de que solamente escribía lo que ansiaba en mi vida.

Lo hacía cada sábado al volver a casa, así que  por la mañana, cuando la resaca acudía a mi, sabía que en todo eso no había un ápice de mentira, que eran mis verdaderos pensamientos. Poco a poco empezaban a tomar forma a veces poesías, a veces dibujos, a veces frases sin sentido, a veces sólo pensamientos.

Lo más extraño es que, a pesar de que era yo quién lo escribía, no acababa de entenderlo del todo. Es ahora, al leer todas esas cosas, al abrir mi agenda o cualquier cuaderno que quedara sin terminar donde me inventé mil garabatos, cuando veo mi vida reflejada en esas frases. Veo lo que anhelaba ser y lo que deseaba tener y que poco a poco voy consiguiendo. Cada vez que lo releo es como si el espejo se desempañase un poco más, dejándome ver ese rostro que se escondía detrás del vaho, ese hombre en el que por fin me estoy convirtiendo, ese hombre que quería ser.

PD: Para el que le interese, con relación a la entrada anterior. Mañana tengo una prueba para un trabajo. ¡Por fin!

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